domingo, 21 de febrero de 2010

MIS ESCENAS FAVORITAS (I)


LUCÍA Y EL SEXO, de Julio Medem. 2001

Interior noche.

Lorenzo (Tristán Ulloa) habla con su editor y amigo, Pepe (Javier Cámara) en un bar sobre su próxima novela. Lorenzo duda si sigue siendo un escritor, y Pepe le propone escribir sobre su historia en la isla, con la valenciana. Lorenzo se ha quedado sin tabaco, así que se levanta y se dirige hacia donde está la máquina de tabaco, al fondo del local. Junto a ella, sentada a una mesa, está Lucía, que le pregunta si puede hablar con él. Lorenzo en principio se excusa, está con un amigo, pero entonces le pica la curiosidad y le pregunta a Lucía de qué quiere hablar con él. Lucía se levanta, pero duda. No es fácil hacer lo que ella va a hacer.

LUCÍA: Verás...
LORENZO: ¿Te pasa algo?
LUCÍA: Sí.
LORENZO: Dime.
LUCÍA: ¿Ahora?

Lorenzo le dice que sí, y la hace sentarse, se disculpa con un gesto con Pepe, y se sienta con Lucía.

LORENZO: ¿Cómo te llamas?
LUCÍA: Lucía.
LORENZO: Yo Lorenzo.
LUCÍA: Ya lo sé, te conozco. Me he leído tu novela, varias veces y... (Lorenzo sonríe, quizás sólo es una fan a la que le ha gustado su novela) Ya no he podido leer nada más. Se me ha agarrado por dentro y no me suelta. Pero también te conozco de seguirte por la calle, cuando te veo (Lorenzo se sorprende de la sinceridad de Lucía) Me gusta andar detrás de ti y saber adónde vas, sin que me veas. Hasta sé cuál es tu portal. Está aquí al lado. Y a veces te veo en este bar. ¿Te suena mi cara? (Lorenzo, todavía sorprendido, niega con la cabeza) Yo soy camarera, de ese restaurante. Tú nunca has entrado. Mi jefe está muy bien, y es un buen cocinero, pero me ha propuesto que vivamos juntos, y la verdad es que me ha hecho mucha ilusión, porque he sentido que me necesita, y ahora él hasta me gusta un poco (Lorenzo vuelve a sonreir, todavía no sabe adónde quiere llegar Lucía) Así que he decidido...
LORENZO: ¿Qué?
LUCÍA: Pues que sepas que yo con quien de verdad quiero vivir es contigo. Y no es porque te vea muy solo, es porque estoy completamente enamorada de ti. Loca perdida, ya me ves.
LORENZO: (resopla, ahora está completamente serio, una sombra de tristeza en su cara) Qué valiente eres.
LUCÍA: Pues sí. Y se acabó. Yo ya lo he intentado. ¿Te ha hecho ilusión? (Lorenzo dice que sí con la cabeza, todavía no consigue que le salgan las palabras, pero tampoco se mueve) Que te puedes ir cuando quieras...

Lorenzo vuelve a mirar a su amigo, que no comprende lo que sucede, la cara de Lorenzo es un poema. El escritor abre el paquete de cigarrillos, le ofrece uno a Lucía. Ella enciende los dos. En la pantalla de televisión, un rottweiller ataca a un muñeco.

LORENZO: ¿Y algo más quieres de mí?
LUCÍA: Sí. Que con el tiempo y la convivencia te acabes enamorando de mí, por supuesto (Lucía fuma, nerviosa. Apaga el cigarrillo)

LORENZO: (Que se ha levantado, y se ha acercado a Lucía, le dice, muy de cerca) Eso está hecho, Lucía. Ahora mismo nos vamos tú y yo a emborracharnos, que hay mucho que celebrar.

Y salen a la calle. Al día siguiente, harán el amor.
Con mucho amor, que están empezando...


El tabaco perjudica seriamente la salud, sí. Pero también el amor. La única ventaja del tabaco por encima del amor es que, aún sabiendo que mata, siempre que quieras matarte un poco más lo puedes encontrar en cómodas y prácticas cajetillas de veinte unidades, y el amor no siempre está tan disponible.
De no haber sido por el primero, Lorenzo no hubiera encontrado el segundo. Para que después digan que fumar no trae nada bueno.
Claro que, estas situaciones, sólo se dan en las películas. Es más, sólo salen bien en las películas.
En la vida real, Lorenzo, en caso de que cualquier Lucía se le hubiera acercado y se le hubiese declarado de esta forma, habría salido corriendo, y pensando que está loca de atar, una psicópata que lo sigue cuando sale de casa, una loca obsesionada con él, con su novela, cuál protagonista de Misery, y antes de que Lucía hubiera podido siquiera parpadear, Lorenzo ya estaría a salvo en el salón de su casa o quizá fuera él quien se marchara a Formentera, huyendo de Lucía y reencontrándose con la valenciana. Eso si no la denuncia en la comisaría más cercana y pide una orden de alejamiento.
Afortunadamente, es una película. Y de Medem.

lunes, 15 de febrero de 2010

MENUDA CAMPANA’, ÁLEX...


Y no fue sólo una la que dio el presidente. Pero tantas no me esperaba, la verdad...

Empezaba la gala, por primera vez sin cortes publicitarios ni de los otros, volvíendo al riguroso directo, y con Buenafuente al frente (se pueden evitar los comentarios sobre el pareado gratuito): el resultado, dos horas y media después, una gala (casi) más corta, ágil, y divertida que nunca. Antes, y sobre la alfombra verde vimos, en contínuas conexiones durante el TD, cómo iban llegando nuestras stars al Palacio de Congresos (vamos a poner algún pero, que no todo van a ser flores: ¿para cuándo se decidirá TVE a ofrecernos un previo a la gala con la entrada de las estrellas desfilando por dicha alfombra?) Primera sorpresa agradable de la noche: nuestra Pé, deslumbrante de blanco Versace, aparcaba la comida de los nominados en Hollywood por estar aquí, aun sabiendo, que lo debía de saber como lo sabíamos todos, que no se lo iban a dar.
Y empieza la gala, con los comentarios en off de Toni Garrido (otro acierto), como una ola: junto a los fx que dejaron a Bfn calado hasta los huesos, primera alegría de la noche: en primera fila, junto a Pé, su novio Javier Bardem. Olé por los dos. Y los dos presentaron goya y todo. Pintaba bien (no debí ser el único en pensarlo ni el único sorprendido, porque el realizador de la ceremonia no les quitó cámara de encima al principio de la gala, que parecía que no había nadie más en la sala)
Primer Goya para Ágora, y después, otro acierto: una canción para presentar los Goyas de mejor canción y banda sonora. Lo dicho, fue una noche llena de aciertos.
Y seguimos sumando aciertos: el clip inicial de Buenafuente rodeado de lo mejor de nuestro cine, desde el presi en la nevera (¿habrá adelgazado esos 35 kg que ha adelgazado para meterse en ella?) hasta una Carmen Machi riéndose de sí misma.
Más efectos: Pocoyó presentando con Manuela Velasco los Goyas animados (soy fans de Pocoyó). El remake en clave de comedia de la Celda 211 explicando la importancia del montaje, sublime (como lo fue el que este premio se entregara con los gordos...), la entrega del Goya homenaje a Antonio Mercero, tan sentimental todo (aunque yo sigo pensando que lo mejor que ha hecho nunca este hombre, además de La cabina, sea Verano azul, y probablemente porque, como dice una amiga mía, no la hemos vuelto a ver íntegra de mayores... Pero qué coño, lo que importa es el recuerdo, como tantas otras veces...), Enrique Guillén para presentar el Goya al Maquillaje y/o peluquería como inventor del 3D...
El reparto de premios... bueno... Mi favorita no era Celda 211, una buena película que podía haber sido magnífica (quizá debería volver a verla sin los prejuicios que me provoca su director, pero son mis prejuicios, qué le vamos a hacer...), pero bien, dentro de lo que cabe. Bien por Soledad Villamil, aunque, como ya había dicho anteriormente, se equivocaran de categoría. La actriz revelación del año es, con o sin premio, Blanca Romero. Nada que objetar al de Luis Tosar. De hecho, le tenían que haber dado dos para hacer justicia a lo ENORME de su interpretación. Bien por Alberto Iglesias, y van... Bien por todos los cosechados por Ágora. Bien por Lola Dueñas. Bien por Alberto Ammann. Bien por casi todo (obviaremos a Marta Etura)
Y casi llegando al final... Para presentar al mejor director, ¿quién apareció sobre el escenario? No tengo palabras para definirla: Rosa Mª Sardà, que si le dejan, se come a Buenafuente (¿tendría algo que ver mi grupo del facebook? Vale, ya sé que no, pero dejadme soñar...) Y yo flipando. Otra vez ella sobre el escenario de los Goya... Gracias, Álex. Y cuando ya creía que lo había visto todo... Él. San Pedro Almodóvar en persona para entregar el Goya a la Mejor Película. Y muy bien el público en la sala, en pie para recibirlo. Gracias otra vez, Álex.

Resumiendo: una muy buena gala (también pasaré por alto mi opinión de los comentarios sobre lo bien que va el cine español...) de los Goya. Y lo mismo opinó la audiencia: según decían hoy los telediarios, la más vista de la historia...

Los más guapos: Maribel Verdú de Nina Ricci; Penélope Cruz de Versace; Marisa Paredes; Ana Belén (si llego a los 58, quiero ser como ella, hasta en las tetas), Cayetana Guillén Cuervo. De ellos me quedo, un año más, con Raúl Arévalo, tan despeinado y tan guapo y tan de negro y tan todo, Mario Casas (¿qué pasa, no puedo tener un momento teen o qué?); Javier Recio García (el director del corto de animación ganador, La dama y la muerte, también nominado al Oscar, tan mono él, y con ese acento... Pa’ comérselo); el set decorator de Ágora, así de rollito oso, con su barbita y sus gafas; Daniel Brühl, hummmmmmmm; el acompañante de Amenábar (¿su novio?); Javier Bardem, otro despeinado...

Los más feos: Bimba Bosé, de David Delfín (para matarlos a ambos); la ministra, de Amaya Arzúaga; Vicky Peña; Natalia Verbeke; Paz Vega, de Hannibal Laguna (claro que si me dicen que iba de Bolsa de Basura de Mercadona o que venía de un casting para un remake de La familia Monster, también me lo creo), Belén Rueda, demasiado dorada toda ella; a Alberto Ammann no le quedaba nada bien el pelo lacio y su camisa sin corbata hasta el último botón; Lola Dueñas, no, no y no... ese vestido, no. Lo mismo que Óscar Jaenada y su americana rosa palo.

Y algunas preguntas sin respuesta:

¿Por qué para la candidatura de Sonia Grande y su vestuario de Los abrazos rotos pusieron la imagen de Penélope Cruz vestida de caballero del Zodíaco?¿Por qué cuando Gabriella Pescucci agradecía su premio enfocaron a la mamarracha esa que era profesora de Supermodelo?¿Por qué Paz Vega tiene tan poco sentido del humor y no le siguió el rollo a Buenafuente?¿Por qué nadie en TVE previó que, con tanto nominado extranjero por Ágora, quizá haría falta un traductor simultáneo? La gala más multilingüe jamás vista... Inglés, italiano, gallego... Que sólo faltó el catalán... (pero vamos a dejarlo...)

martes, 2 de febrero de 2010


El próximo día catorce de este mes se entregan en Madrid los premios Goya. Un año más, y van XXIV.

Las películas más nominadas son Celda 211, con 16; Ágora, con 13; El secreto de sus ojos y El baile de la Victoria con 9 cada una, y Gordos, con 8. Por detrás quedan Los abrazos y El cónsul de Sodoma con 5; Yo, también, con 4 y After, con 3.

Se entienden las 16 nominaciones de Celda 211: ha funcionado muy bien en taquilla, Luis Tosar está IMPRESIONANTE, y Daniel Monzón no ha hecho un bodrio, como acostumbra. Tampoco ha hecho un peliculón: el típico ejemplo de tienes todo lo que se necesita para hacer un peliculón, pero llega un director mediocre, por no decir otra cosa, y la caga, haciendo sólo una película aceptable. Lo siento, pero es que todavía me dan arcadas cuando me acuerdo de La caja Kovak.

Ágora, con 13. Lo mejor del año, junto con El secreto de sus ojos (¿quién coño era el jurado del Festival de San Sebastián?) Ya lo dije en su momento en otra parte: Amenábar es Dios. Y punto. Y lo dicho respecto a El secreto de sus ojos: GRANDE, GRANDÍSIMA, con un Ricardo Darín inmenso (y no es precisamente santo de mi devoción) Claro, que está bien todo. Aunque me sobran dos minutos.

Y El baile de la Victoria. Ejem. Si no le gustó a nadie... Creo que ni a los que la hicieron... Por favor, si tiene planos directamente de vergüenza ajena (ese flash-back, por llamarlo de alguna manera...) Y esa Miranda como se llame... ¿Y pueden estar peor escogidas unas músicas?¿De verdad hacían falta dos horas para un baile de 10 minutos en el teatro? Prácticamente lo único que se salvaba de la película... Cuando leí las críticas que le achacaban un exceso de sentimentalismo y una increible mezcla de géneros... Llegué a pensar que me gustaría: no tengo nada en contra de las mezclas ni del sentimentalismo, antes al contrario. Pero ni eso. La única explicación que encuentro es que, una vez elegida para los Oscars (que esa es otra), nuestros académicos ya no se podían echar atrás, y tenían que votarla, sí o sí. En fin, la gran perdedora, desde ya. A no ser que, para compensar que no le den el Goya a Darín por El secreto de sus ojos, se lo den como secundario por ésta...

Y Gordos. Otra de las grandes decepciones, para mí, del año. Después de Azuloscurocasinegro, ver ésto... Ay, Dani, con lo que confiábamos en ti... Bueno, a la próxima. Porque en ésta... No entiendo casi ninguna de las 6 nominaciones de los actores, empezando por Antonio de la Torre, que aparte del esfuerzo que ganar y perder kilos... Pero esto no es un campeonato de gimnasia, ¿no? Por no hablar del guión...

Y de las demás... Bueno, ya hablé largo y tendido, y en distintos medios, de Los abrazos rotos: quizás otro Goya para Alberto Iglesias. Del resto de la película, no es la que más me gusta de Almodóvar, pero quizás sí que debía haber estado nominado como director antes que como guionista, el guión es probablemente lo más flojo (bueno, el guión y Blanca Portillo), Pe no creo que tenga ninguna posibilidad... Como no se lo den a Sonia Grandes por el diseño de (ejem) vestuario... Y no creo. Entre los caballeros del zodiazo y Ágora... También me extendí sobre After. Yo le daría los tres a los que está nominada, pero temo que es probable que se vaya de vacío: Soledad Villamil está esplendida (otra cosa es que se hayan equivocado de categoría al nominarla) y puede arrebatárselo a Blanca Romero. Eso sí, echo de menos tanto a Guillermo Toledo como a Tristán Ulloa entre los nominados.

El cónsul de Sodoma todavía no la he visto (iba a decir que no he tenido tiempo, pero la verdad es que me da una pereza, que diría Antonio de la Torre en Gordos: qué pereza Jordi Mollà, qué pereza Bimba Bosé, qué pereza todo...) Y Yo, también, tampoco. Se me pasó...
Se echan de menos más nominaciones para Mapa de los sonidos de Tokio, aparte del – qué originales son estos académicos- sonido, y a Adriana Ugarte (lo mejorcito de Castillos de cartón) No sé si me dejo algo...

Resumiendo, mi quiniela:

Mejor Película: El secreto de sus ojos (Porque un cuarto Goya a Mejor Película para una película de Amenábar sería demasiado, ¿no?) Claro que, si le dan el de Mejor Película Hispanoamericana, quizás entonces sea de Celda 211.
Mejor Director: Juan José Campanella, El secreto de sus ojos (id.)
Mejor Dirección Novel: Antonio Naharro y Álvaro Pastor (Yo, también)
Mejor Actor: Luis Tosar, por Celda 211 (Una pena que no haya empates para que lo compartiera con Darín)
Mejor Actriz: supongo que Lola Dueñas, por Yo, también (Porque no se atreverán con Rachel, ¿no?)
Mejor Actor Secundario: supongo que, o compensar a Darín, por El baile de la Victoria, por perderlo como principal, o se lo dan a Raúl Arévalo, por Gordos, que parece que se lo deben. Yo casi que lo dejaría desierto.
Mejor Actriz Secundaria: pues, sin haberla visto todavía, a Vicky Peña, una gran actriz, así lo sumaría al Nacional de Teatro. Ya lo tendría que haber ganado por Secretos del corazón (que no digo que no estuviera bien ganado por Charo López) Porque las otras tres...
Mejor Actor Revelación: supongo que para Pablo Pineda, por Yo, también.
(Si esto sigue así, casi deberían replantearse la eliminación de esta categoría)(*nota: ya hablaré de esto en otro momento)
Mejor Actriz Revelación: aún sintiéndolo por la maravillosa y estupendísima Soledad Villamil, mi favorita es Blanca Romero por After.
Mejor Guión Original: Alberto Rodríguez y Rafael Cobos por After o Mateo Gil y Alejandro Amenábar por Ágora (me temo que tenemos el mismo problema que en mejor película y mejor director)
Mejor Guión Adaptado: Eduardo Sacheri y Juan José Campanella por El secreto de sus ojos, aunque me sobre el Happy End.
Mejor Diseño de Producción: José Luis Escolar por Ágora.
Mejor Música: Alberto Iglesias por Los abrazos rotos.
Mejor Fotografía: Álex Catalán por After.
Mejor Montaje: Mapa Pastor por Celda 211.
Mejor Dirección Artística: Guy Hendrix Dyas por Ágora.
Mejor Vestuario: tentado estoy de decir Sonia Grandes por Los abrazos rotos, pero no. Gabriella Pescucci por Ágora.
Mejor Película Hispanoamericana: La teta asustada. Y El secreto de sus ojos si no le dan el Gordo.
Este año TAMPOCO los presenta la Sardà. Ya no sé qué hacer... Había pensado hacer un grupo en feisbuc, pero con el poco poder de convocatoria que tengo... En fin, tendremos que confiar en Buenafuente...
El día catorce saldremos de dudas.


PD1:Este blog no se responsabiliza de las opiniones de su autor, ni de las posibles sensibilidades heridas.
PD2: Pues al final hice el grupo en feisbuc: 25 miembros somos... ¿Qué os dije de mi poder de convocatoria?