jueves, 22 de marzo de 2012

TENEMOS QUE HABLAR DE KEVIN

Para hablar de Tenemos que hablar de Kevin debemos distinguir entre qué cuenta y cómo lo cuenta. Lo primero es absolutamente brutal, porque toma como punto de partida un hecho absolutamente demencial e incomprensible (siempre, pero aún más si cabe en ciertos casos), que no desvelaré, a partir del cual Kevin se pregunta, nos pregunta, qué responsabilidad, qué influencia tenemos sobre los actos de los demás y, más concretamente, tienen los padres sobre los hijos. El problema viene por la forma, el cómo nos lo cuenta la directora. Una película no es mejor, ni más independiente, ni más alternativa, porque esté toda desenfocada y troceada hasta la estupidez. Estoy absolutamente convencido de que a Tenemos que hablar de Kevin le hubiera sentado estupendamente una narración más convencional. La que está increíble a pesar de todo es su protagonista, Tilda Swinton, una vez más. Hay que felicitar también al director de casting: si me cruzo con Kevin (a cualquier edad), me cruzo de acera.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Goyas con H intercalada.

Aunque un poco tarde –en estos pocos días desde la entrega de los últimos premios Goya ya se ha dicho de todo sobre la ceremonia, los premios, la alfombra roja y todo lo habido y por haber y ya ha pasado todo el mundo a otros temas y la XXVI edición de los Goya ya no le interesa a nadie– no me resisto a comentar lo que me pareció todo lo que vi el domingo. Que no me lee nadie, pues nada.

Vamos por partes: lo primero, la Ceremonia. Tenía puestas muchas esperanzas en el quehacer de Eva Hache y bueno. Vale. De acuerdo. Me explico: me gustó cómo empezó, el número musical me pareció lo más (por abreviar) así como el monólogo inicial, pero… después… ¿dónde estaba Eva Hache, además de para presentar el Goya de Animación con Tadeo Jones? La eché de menos. Que estaba desaprovechada, vamos. Para mi gusto. Sentimiento que se iba haciendo más y más evidente según los premiados iban alargando sus discursos y aburriéndonos con ellos más y más (con honrosas excepciones) y eso que Lluís Homar había puesto el listón muy alto.

No me gustó nada el dichoso rap que a todo el mundo le ha encantado. No me gustó la omnipresencia de Marta Etura (para un año que no la nominan…) No me gusta el careto del ministro Wert (¿de verdad tenía que estar?) No me gustó (un año más y van…) los clips de las candidaturas (que las hagan, de una vez, con un mínimo de criterio) ni las parejas imposibles para presentar los premios (que las piensen con un mínimo de coherencia: ¿Marisa Paredes y Alberto Ammán? ¿Ingrid Rubio y Resines? ¿No hubieran quedado mejor cambiando de pareja?) ¿De verdad son necesarios tres directores para entregar el premio al mejor director y otros tres para el de mejor película? ¿Por qué se repitió la entrega del Goya de Honor, ya entregado durante la reunión previa a la entrega de los nominados, y más aún cuando la homenajeada ni siquiera estaba presente?

Me emocionó la aparición de Silvia Abascal, ya cuando la entrevistaron en la alfombra roja, pero ¿por qué no se levantaron para aplaudirla en la gala? Estos académicos tan comodones… Me emocionaron las lágrimas de Javi. Perdón, Juanjo Artero. Me gustó que se diera (por fin) un Goya a cada uno de los ganadores en una misma categoría, pero ¿por qué lo hicieron sólo en los primeros entregados? ¿Calcularon mal y después les faltaban? Me gustó, en general, cómo se repartieron los premios, con alguna excepción. Me gustaron los discursos de agradecimiento de Lluís Homar (pese a su duración), acordándose de los auxiliares y Montxo Armendáriz, de Kike Maíllo y su defensa de la escuela pública, de Elena Anaya. Me gustó que fuera Almodóvar y se sentara en primera fila, aunque cual Jack Nicholson patrio no se desprendiera de las gafas ni un segundo.

En cuanto a los premios me pareció bastante bien el reparto: me gustaron mucho los premios para No habrá paz para los malvados, los de las actrices de La voz dormida, los de Eva… El de Elena Anaya (me cae tan bien esta chica…), el décimo de Alberto Iglesias… Muy bien todo, de hecho (hasta los de Blackthorn, aunque no la haya visto) Y Que sí, que soy superfan de Almodóvar pero si no se lo merece no se lo merece. Y punto.

Vamos a criticas (por criticar): la alfombra roja: ¿los más guapos y guapas? Desde luego, para mí, la más guapa de la noche, espléndida de blanco Gucci, y me atrevo a decir que se le nota en la cara lo feliz que está, fue Verónica Echegui. Y ya después, Elena Anaya, también de blanco; Goya un año más soy la más elegante Toledo, Michelle Jenner, Cayetana (y su acompañante) El novio de la Echegui. Daniel Brühl, pese a los kilos de más y el corte de pelo. Raúl Arévalo y Quim Gutiérrez (éstos no fallan) Marc Clotet (Virgen, Virgen, Virgen) El director del corto documental. Kike Maíllo (marido marido) ¿Y los menos guapos? Inma Cuesta y su vestido de encajes, Pilar López de Ayala y el vestido que le había aconsejado su estilista (cambia de estilista o, directamente, mátalo, Pilar), Lucia Jiménez, Angie Cepeda, Clara Lago, las americanas de Sánchez Arévalo y Eduardo Noriega. El exceso de bótox en Victoria Abril.

Y algunas preguntas (con o) sin respuesta: ¿Quién se ha comido a Isabel Coixet? ¿Por qué no estaba nominado Roberto Pérez Toledo? ¿Quién es (era, supongo) la empresa de seguridad de los Goya? ¿Quién peinó a Belén Rueda? ¿Los presentará el año que viene Rosa María Sardà?

Ahora, a por los Oscars.


jueves, 26 de enero de 2012

miércoles, 25 de enero de 2012


Ganas de pasar miedo...

martes, 24 de enero de 2012

No habrá paz para los Goyas

Este año pasado he visto muy poco cine. Se me han pasado varias, muchas películas que me hubiera gustado ver. Entre ellas, algunas de las nominadas para la XXVI edición de nuestros goyas. Así, no he visto ni Blackthorn y sus 11 nominaciones (ni yo ni casi nadie: a finales de julio aparecía en el puesto número 30 en el ranking de la Revista de la Academia, con apenas 59.000 espectadores y unos 387.000 € de recaudación) Tampoco Primos o la aún no estrenada comercialmente Katmandú, un espejo en el cielo (que maten a quien ha titulado así la última película de Iciar Bollaín) Tampoco he podido ver La chispa de la vida.
Aun con estas importantes lagunas, vamos a comentar estas nominaciones: atrevido que es uno.

Lo primero que me llama la atención son las nominadas. Me explico: para todas las categorías –dejando de lado los cortometrajes, los documentales y las películas iberoamericana y europea (aprovecho para decirle a González Macho (como si me fuera a leer) que ya es hora, creo yo, de dejarnos de tonterías y crear, simplemente, la categoría de mejor película extranjera)– sólo han obtenido nominación 17 películas, de 130 que aparecen como posibles candidatas en la página oficial de los premios. Pocas, ¿no? Mucho cine y pocas nueces. Que mirando las nominaciones parece que los académicos han votado en serie: en la mayoría de las categorías se repiten los mismos nombres: La piel que habito, Blackthorn, No habrá paz para los malvados y Eva o La voz dormida.

Haciendo memoria de lo que escribí el año pasado, empezaba mi escrito con la misma cuestión: el número de películas candidatas en una o varias categorías. Consultando las nominadas otros años, y exceptuando las ediciones de 2003 a 2007, en que el número de nominadas estuvo en torno a las treinta –con un máximo de 33 en 2006– descendió desde entonces a 18, 22, 20, y 17 en los dos últimos años. Antes de 2003, en 1999 se batió el record, a la baja, de nominadas: 16.

Quizá esté relacionado con el hecho que provocó la salida de los hermanos Almodóvar de la Academia: el sistema de votación. Desde septiembre de 2002 se votaba, en primera ronda, por especialidades, a los cuatro finalistas, de donde salía el ganador, ya elegido por todos los académicos en segunda ronda de votaciones. Este sistema, como el actual, tiene sus ventajas y sus inconvenientes: las nominaciones, y por ende, los ganadores, podían estar (o no) más repartidos, pero al menos en el primer caso así era, lo que, pues sí, es una ventaja: ¿o no pretenden estos premios atraer al público a las salas? Y contar con alguna nominación a los mismos podría ayudar en las taquillas a dichas películas nominadas, aunque sus nominaciones fueran a Maquillaje y Peluquería y Montaje. ¿Inconveniente? La Academia de Cine Español es una Academia chiquitita, con lo cual, dicen, por envidias o enemistades, podían quedarse fuera algunos candidatos que lo merecieran. ¿No se quedan también fuera con el sistema de votaciones actual? Porque, digo yo, ¿qué puede saber de maquillaje y peluquería el montador, más allá de lo que sabe cualquier espectador medio? Y así, el montador o cualquier otro académico termina votando en serie: que me ha gustado No habrá paz para los malvados, pues la nomino en todo, lo merezca o no, por poner un ejemplo.

Bueno, que me extiendo, ellos verán lo que hacen. Yo lo único que puedo hacer es opinar sobre lo que hay, y lo que hay es lo que sigue.

Las más nominadas, La piel que habito, 16 nominaciones, No habrá paz para los malvados con 14, Eva con 12, Blackthorn con 11 y La voz dormida con 9. ¿Cuáles serán las ganadoras? De momento, las perdedoras, creo yo, serán dos: Blackthorn y La voz dormida. La primera porque, aun sin haberla visto, ¿ustedes se atreverían a premiar un western español que ha sido un rotundo fracaso en taquilla? Yo tampoco. La segunda, otra película sobre la Guerra Civil más allá del premio –cantado y merecidísimo– a María León (no he visto ni Verbo ni No tengas miedo, y Blanca Suárez que se conforme con seguir saliendo en la tele) no creo que llegue a mucho más. Tal vez el guión adaptado o algún otro técnico. Así que, creo, estará entre la película de Almodóvar y la de Urbizu. Y Eva, pero ésta cuenta con el hándicap de no estar entre las cuatro finalistas a mejor película.

Concretando:

Mejor Película:
La piel que habito o No habrá paz para los malvados al 50%. Dejando de lado mi pasión por Almodóvar, creo que ganarán los malvados.

Dirección:
Nos sirve lo mismo que en el apartado anterior: Pedro Almodóvar vs. Enrique Urbizu. Y aunque lo merezcan los dos (Almodóvar cada vez es mejor director y peor guionista), creo que será de Urbizu.

Actor:
Está entre Antonio Banderas y José Coronado. Tosar ya tiene muchos y Mientras duermes no es, aun siendo muy buena, su mejor interpretación y Brühl está un poco como de relleno. Me gustaría que fuera para Coronado, del que llevo mucho tiempo pensado que lo merece (injustamente olvidado por La distancia, La vida mancha o La vida de nadie, perdedor por Goya en Burdeos o La caja 507 como secundario), el típico actor que empieza por su cara bonita y, con los años, aprende. Aunque premiar a Banderas, en su regreso al cine español y con Almodóvar, aparte de bonito también sería justo.

Actor secundario:
Parece el año de Lluís Homar, ¿no? Sin haber visto a los otros dos nominados (Juan Diego, al que parece que nominan con que aparezca su nombre en los títulos de crédito; ni al Raúl Arévalo de Primos, éste sí santo de mi devoción), y aunque no sea lo que más me gusta de Homar, parece el típico caso de compensación por los servicios prestados y los olvidos en años anteriores.

Actor Revelación:
Chungo, chungo… No he visto a José Mota (los prejuicios van a acabar conmigo) ni a Adrián Lastra. Jan Cornet se defiende y Marc Clotet fue una agradable sorpresa, y es guapo a rabiar… No lo tengo nada claro. Descartaría a Mota (lo dicho, los prejuicios me matan) Entre los otros tres, ay, no sé… Yo se lo daría a Clotet, pero no lo va a ganar. ¿Jan Cornet, haciendo doblete con Elena Anaya? Quizás, quizás, quizás…

Actriz:
Mi favorita es Elena Anaya, que defiende muy bien defendido un papel imposible y parece que, después de no se sabe cuántas nominaciones sin recompensa, ya le toca. Aunque he leído por ahí que la Echegui también lo merece por Katmandú y también tiene unas cuantas nominaciones a sus espaldas. Está entre ellas dos. Pero yo creo que me quedo con Elena. Porque con Inma Cuesta se han equivocado de categoría (yo la veo más como secundaria o revelación) y lo de de Salma… es coña, ¿no?

Actriz secundaria:
Otra categoría que se las trae. Sólo he visto la Ana Wagener de La voz dormida, y quizá por eso ya sea mi favorita (aparte de por darle mil matices a esa funcionaria de prisiones, claro) Pilar es la Meryl Streep o Judi Dench española, sobre todo como secundaria: cuando no sé a quién nominar, a Pilar, que siempre está bien. ¾ de Maribel Verdú. Sí, para Ana Wagener.

Actriz revelación:
María León, María León, María León.

Dirección novel:
Otra categoría en la que no tengo dudas: Kike Maíllo, por Eva.

Música:
Lo mismo que en la categoría anterior: el noveno para Alberto Iglesias. Un genio. Y a ver si le dan ya el Oscar este año, hombre ya.

Guión original:
Una de las más disputadas, creo: Woody acaba de ganar el Globo de Oro (¿se lo darán a él?) Eva, aún siendo un poco previsible, es un buen guión; y No habrá paz para los malvados, aún con el giro final, que aún me tiene descolocado, lo mismo. No sé, no sé… Al 33,33% lo dejo.

Guión adaptado:
Para mí, La voz dormida. Sí, La voz dormida. Porque el guión de La piel que habito es… Bueno, me quedo sin palabras, Vicente.

Y en cuanto al resto… Pues fijo el de Efectos Especiales para Eva, y reparto de los demás entre las tres (Eva, La piel que habito y No habrá paz para los malvados), reparto más o menos repartido: a dos o tres cabezones por cabeza, aproximadamente.
Digamos que el vestuario para La voz dormida; dirección artística, producción y sonido para Eva; la fotografía y el maquillaje para La piel que habito y montaje para No habrá paz

La solución, el próximo 19 de febrero, con Eva Hache, en la 1 de TVE.

Hasta entonces, nos vemos en los cines.